sábado, 26 de octubre de 2013

Otoñal

Han caído las hojas y el invierno
sombrío se sienta a esperar,

la noche desde lejos cobija la esperanza
¿por qué has puesto tus ojos más allá de la muerte?

Deseo de la hojarasca nutrir estos follajes,
de la escarcha vecina saciarme la sed,

esta sed que ha sido tuya y mía,
sinfonía de dos

                                    Antonio Ruiz Ruiz


viernes, 25 de octubre de 2013

Estoy en una... (El canto de la noche. Ensenada B.C.N.)

Estoy en una pauta de silencio,
en el abismo de la soledad,
sintiendo en el cuerpo frío,
palpando con los sentidos un día nublado,

como un río furioso es mi sangre al escribir,
letras que arden y me pierden,
en la vida del ayer.

Me inclino hacia ti,
vaga mi mente por los entrepaños del tiempo,

Te tomo
¿Por qué tomarte siempre así?
¿Con la decadente prisa de mis besos
Y las rosas nocturnas  que se impregnaron de tu aroma?

Mi boca sella una maldición en tus labios,
¡Si pudiera gritar
rompiendo la tiniebla de la noche
que me aborda de sueños
llevándome hacia el mar de la tristeza!

¡No!
¡Que este tajante no  se inyecte en la rosa
como gota de rocío
como escarcha navideña
en la suavidad salada de tus pómulos!

Si mi voz rozara tus oídos,
si mis fantasías traspasaran
las murallas que te en envuelven
y te consumieras con ellas en esta habitación,
si habitaras mi silencio
sin la cortina negra del pasado.

Regresa mi delirio de su danza nocturna
contigo entre sus brazos,
pero,
eres tan distinta,
yo,
soy tan distinto,
que agoniza el recuerdo de tus ojos de enero
de verso fugitivo que nunca se escribió

                          Antonio Ruiz Ruiz


la luna (el canto de la noche,Ensenada B.C.N 1989 1992)

Cabalgando viene la luna,
es un espejo ambulante del sol,
un ramaje de esperanzas indecisas,
una flor perdida en el jardín.
Cabalgando viene la luna,
fluye un mar de expresión por mi rostro,
arropo mis encuentros nocturnos
en la constelación de acuario.
Con trote lento llega para mí,
se abre paso con su espada,
mi mente es la revuelta de un rio en junio,
mis manos locura aferrándose a la sombra,
¡Puta!
¡Te inyectas en mi espíritu!
Haces de mi voz
serpientes que se anidan en la piel,
Ay putilla que cabalgas el incesante mundo del pensamiento,
al amanecer te llevas el presagio de la muerte,
y mi boca que te ciega
con insultos de pasión
                              Antonio Ruiz Ruiz

De  “el canto de la noche”  (Ensenada  Baja california) 1992.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Los días


                                             

Los días
son un sendero de rostros constreñidos,
vocerío que dispara el vocablo justicia,
en medio de rencores que desmayan
y la suma silenciosa
de algunos pensamientos.

Los días
son pasos al sanatorio,
a la vacuna promesa
de alivios expeditos,
consoladora de síntomas que todos,
irremediablemente todos conocemos.

Son desconfianza, sospecha,
furtivas miradas que persiguen
lo que a nosotros se acerca,
hotel donde agonizan
remotas erecciones,
aceras habitadas de inmundicias
humanas,
y seres punzando su garganta,
hasta arrancar balbucidas canciones,
del fondo de una lata de solvente.

Son un balcón del edificio victoria,
donde la esperanza mira
girar al mundo entre ruedas,
y  la esperanza misma,
atropellada, impelida,
atajada
por el lustroso calzado de los granaderos.

Son putas sin ojos
palpando la verga de sus clientes
para elegirlas de tiento,
asambleas del senado
levantando las nalgas
por un puñado de pesos,
y son ciegos,
verdaderos ciegos camino al trabajo,
renegando de todo,
renegando de sí mismos,

Son dios,
un dios extraviado en espirales
de oscuros versículos que repiten,
como espejos,
la misma frase hasta lo perpetuo,
hasta empezar de nuevo,
(Y ¡súbete al camión!
en cualquier parte para)

Los días
son una Barca a la deriva
en el océano del tiempo,
el beso impredecible de la muerte,
la vida.

Los días agonizan con la aurora,
y sacan
de la entraña esperanzada
de un sol que se copula
con el alba,
al hijo que eternice su historia en la vida,
(El día
El nuevo día)
                                       

                                   Antonio Ruiz Ruiz

viernes, 18 de octubre de 2013

De la cima bajan

De la cima bajan
para llamar a los hombres
sus hermanos

bajan lumbreras
para aluzar el pensamiento
y resplandece
en la cintura el filo del machete

¿Has oído su voz retumbar?
oíd como resuena
entre maizales y trigos
es un grito de guerra
que se eleva a dios
y a los hombres

¿Has mirado su sangre derramada
río fecundador de tiempos nuevos
extenderse en la tierra?

¡No digas nada no!
Que tu clamor se ahogue
baja la vista
sea tu vergüenza el latido con que despiertas a diario
sea  el eco de tus pasos tu conciencia
tu reclamo

pero si arde en ti esta llama
si esa mirada caudillo se despierta
y tu sangre ansia ser pilar de otros tiempos
¡Alza tu voz!
¡Ténsala!
¡Dispara!
¡Sea el arma que arrope
tanta miseria en este mundo!

Para ti amiga
Para los guerreros de Atenco… 29/VI/20012
                              
                     Antonio Ruiz Ruiz


jueves, 17 de octubre de 2013

Puedo

Puedo seguir por la ruta  de esta febril ignorancia
arrojar al establo palabras como flores o floridas palabras
reír hasta el hartazgo
hundirme en la locura
y despertar maniatado
gritando al mundo que me vale madre la vida
y también la muerte y tú y yo frente al espejo
de los acusados por alta traición a la conciencia
al dogma
al sistema matemático
y a la lógica paradójica de la vida
Puedo
en un arrebato hostil del enunciado
sintetizar  el amor
comer en cuatro patas
rumiar de Baudelaire sus flores maldecidas
y defecar en el templo de los elegidos
para que sepan que nadie se auto elige
si no es de forma fraudulenta 
y levantando su diestra con su siniestra mano
Puedo sentarme ahora y contemplar lo que pasa
en el  mundo reaccionario de los autómatas
y los ciegos
buscar al tuerto Satanás y nombrarlo rey por un instante
antes de que recojan mis cenizas y las expulsen del mundo
y despierte abandonado
fragmentado
en mil partículas diciendo
ya en pequeñas voces
en fantasmales voces
vocecitas
que me vale madre la vida y la muerte
y tú y yo frente al espejo
y este dejo de ironía  que se plasma
en el sacro rostro de la orbe.


                           Antonio Ruiz Ruiz


sábado, 12 de octubre de 2013

Circe (poemas para Esencia)

Quise permanecer impávido en contemplarte,
pero circe
tu cantar de sirena me ha llamado,
más
                     ¿Quién puede resistir a tal hechizo?
Maldecido de Apolo por este sacrilegio,
oigo tu voz que me llama y no te encuentro,
y mi mar,
                                      habitación en penumbra,
donde ciego extiendo el tiento de mis manos,
hacen de tu canto  espejismo,

heme aquí en la ruta de tu sueño,
sin lunas ni quimeras, solo a oscuras,
triste pescador de  versos que escapan
de su red

                                                como un suspiro

viernes, 11 de octubre de 2013

Poemas para Esencia (3) Oficio

   
                                                              Oficio

Cuando hablas del mar sueño el oficio
de  saltear olas dirigiendo velas
para infringir terribles huracanes,
sueños de niño estos que  concurren
mi memoria sensible a los recuerdos
porque opte por las calles y edificios,
hacedor de palabras y dialectos,
sin más copa que esta que se llena
del efímero canto de los aves.

Cuando hablas del mar sueño en el mundo
a una niña que incendiada en el colegio,
de la dicha que iguala su estatura,
mira ya desde entonces el presente
pedagógico ser que la llamara
a recrear  para siempre la alegría,
y la miro de ti surgir intacta,
sin macula ni dudas, con el temple
del que hereda la luz de la enseñanza.


                                 Antonio Ruiz Ruiz

Poemas para Esencia (2) El mago

                                                                                         Si vas a Dinamarca dudo mucho que encuentres                                                                                    
                                                                                         Iguanas comiendo uvas…

                                                  El mago


Tiento en mano te mira y te pregunta,
con ojos de vacío y de ausencia.
La plaza es el albergue de tu risa,
yo tu sombra postrado a tu lado,
de ti extrajo un librero,
de mi el martillo y la incierta
compilación de libros que llenara
el vasto espacio dedicado a tu nombre,
puso en tu mano monedas con dos soles
para alejar sombrías primaveras
que el dardo fatal de los destinos
pudiera acaso poner en tus praderas,
después te habló y tu sonrisa
fue el aliento divino que en la tierra
despierta del letargo a la criatura,
tomó tu mano e hizo en la noche
titilar  mi alma  como un puño  de estrellas
                


                                    Antonio Ruiz Ruiz 

jueves, 10 de octubre de 2013

Apostasía

¿Por qué pueblas de luz las fronteras del sueño?
Es invierno y los días
niegan adioses detrás de las ventanas,

Sabrás un día cualquiera como éste
de los barcos sin velas
los naufragios,

sabrás de los de los cuervos y su aliento de muerte,

de las auroras pérdidas entre veloces neumáticos,

percibirás cinceles tatuando en la roca
los nombres prohibidos del amor,

escucharás con asombro a poetas urbanos
maldecir sus canciones en las noches de agosto
y hacer de la luna un resplandor de anatemas,

¿Por qué poblar entonces el horizonte de luz
si se podrá vivir
aún
bajo la hipocresía del amor?

Y al amparo de esta sombra deshojar con ternura
el alma de los  inocentes,
y ofrecerla a la vida en fatal sacrificio
con su aliento de lácteas oraciones
caminar junto al ruido de motores en marcha
acariciando sueños que no les pertenecen,

ay vida víbora que después de la muerte
hallas consuelo en mustio llanto,
mira mo alma  partir hacia el naufragio,
a esta aberración producto de la noche,
y ve sus alas etéreas extenderse
bajo un sol negro
como está apostasía,

¿ Para qué sembrar de luz los horizontes del sueño?

Ay alma mía si es todo oscuridad

viento

Mar de oleajes fantasmas y astutos
Eco de voces lleva tus entrañas
Submarinas palabras que en caracolas balbucen
Secretos que a nadie devela ni  esconde

Piélago travieso que destejes artes
De  estilistas peinados que iracundas manos
En vano buscan pasadores

 Niño de osada carrera en que levantas,
para rubor de unos risa de otros,
apremiados vestidos que no logran
conservar furtivas  lencerías,

dime qué hay del dolor que  causas
cuando pasas de inocentes travesuras
al bélico ejercicio del soldado,

¡Qué gigante te tornas ser inmenso!
Que acobardas valientes corazones
y a colosos arboles derrumbas
y a casas arrastras  en escombros,

¿Es que  quieres recordarnos con tus actos
la efímera presencia de los hombres,

esa soberbia criatura que destruye
como un lobo inconsciente por el hambre
la oveja supuesta de la natura?

Arremete contra ellos un instante,
solo eso basta para saberse nimio,
tú que siempre estarás aun más alto
que esas grises y pétreas estructuras,

aunque después del llanto los consueles
con tenues lengüetadas en su rostro
y tiernas sacudidas de cabello,
aunque después reposes y la mires
sin memoria seguir por el camino
y te retraigas sarcástico de nuevo
a tu nómada casa intangible
                            
                               Antonio Ruiz Ruiz

no te vayas


Callada
aspirando en silencio el humo del cigarro
abrazada a mi pecho te contemplo
y acaricio tu espalda enamorado
¿Qué sueños dejo la noche en tu mirada?
arden como luceros en tus negras pupilas
dios quiera no hallen la ruta del tragaluz
 donde engreída
hizo la noche caravana
 en su aligero abandono
dejándome a si absorto
en tu constelada mirada
La habitación tiene el tibio recuerdo de la uva
madurada en tu vientre como un vino
relamo mi labio inferior  y al oído
te musito canciones
esas que emergen del alma cuando presiento
que estas por partir al borde
del  enfadoso del teclado
Te miro allí prendida tu mirada
de la espiral que haciende despreocupada la alcoba
Ahogo tu despedida con mis labios donde aun tengo
el licor que se añejara en el lago de tu ombligo
Y me enredo en tu cuerpo y te suplico
con el silencio de mis dedos
recorriendo tus nalgas
¡ no te vayas aun!
No te vayas


                                         Antonio Ruiz Ruiz

Cuando termine de andar


                                                                        A  Jairo Bohórquez

Cuando termine de andar
ya en esta sima
a cada paletada de tierra traducida
en años
será en los ojos de los presentes
vendas de noche descorridas
que se llevan los sueños al olvido



                              Antonio Ruiz Ruiz 

miércoles, 9 de octubre de 2013

ventanal


                      
                                                                                                                              Para ti mujer
                                                                                                                               lo demás son palabras
                                                               

                                                             
                                                           Ventanal



Llegas para mí
a la ventana
La gracia de tu risa descifra el misterio
de los veranos del mundo
y hace crecer en tu epidermis
ignotas flores
níveas
casi lácteas
que seducen mi sed de espejismos

La noche se enreda en tu cabello
                                                           sigilosa
para caer en tus hombros
para rozar tu cuello con el  brillo de sus astros

Mis ojos ante ti yacen absortos
¡Sirena! 
             Tu belleza traza rutas de extravío…

Ya náufrago mi alma ante tu cuerpo
contra este cristal que me limita
linde del embrujo que emana tu epidermis
                                                               crece la ansiedad entre manos
                                                               enredadera de flores amarillas
que en agónico intento
¡Contra el muro cristal tiende sus ramas!

Detrás de la ventana tu mirada
sigue el curso impotente de mis dedos
Y en  acto seductor  tus labios se entre abren
bordes de sangre manzanas que terminan
por derribar mí apenas fortaleza

De los escombros de mí renazco esclavo tuyo
Y  en alquímico acto mi cuerpo se transmuta
mis manos se transmutan 
y a través de mi voz ya agua ya misterio
Exaltado torrente haya la gruta
concupiscente de tu oído

Surge una danza de cuerpos que desnudan
el enigmático juego de la carne
Mi mano voz  roza tu cuello
¡Espanta las estrellas de la noche!
Crepita la piel como una hoguera
Serpentea tu cuerpo a la caricia
Dentro de ti mi voz marca la ruta
tus manos ascienden las colinas
en el erecto pezón tus dedos bailan
¡Ay Eros para ti supremacía!

Dictan mis dedos tus falanges escriben
ignotas frases en el valle fecundo
y al horadar el monte Venus  tu cara
de incandescencia toda  se ilumina

¡Te hundes sirena en el agua de mi voz
mi voz océano piélago mis labios
hurgan rincones de ti desconocidos
que al leve soplo de aliento cobran vida
centenares de hormigas en tu piel!
Mis manos para ti
Tus manos mías
hurgan también los valles de mi cuerpo

Ya en el grito ahogado  de tu entraña
Ya en la láctea explosión de los sentidos

Pasado  el hechizo me descubro
ante este vidrio de nuevo envejecido
alargando para ti estos mis brazos
mi juicio en soliloquios confundido

¡Ay espejismo de oasis en que yazgo
que en la desierta noche me consumen!

Tu cuerpo de sirena ha cesado
Hacen ya tus instintos dormidos
¡Me arrojo a la ventana
con anatemas de odio!
Y en  segundos
Te miro desaparecer como un fantasma
PD: pero este amor que a hora me habita
¿A quién os doy?
Locura ingrata que me pierde cada noche.

                    Antonio Ruiz Ruiz

ausencia

Jinete ya de otras regiones
Tu sueño
 En altos edificios se extravía

                                II
Volutas de humo de un cigarro
Olvidado de prisa en una estancia
                               III
Sudario sin  cuerpo

                              IV
Piélago sin luna en una noche inmensa

                              VI
Poeta sin palabras

                            VII
Casa sin ti





                             Antonio  Ruiz Ruiz

martes, 8 de octubre de 2013

Clamor

 
                                

Sálvame mujer de este naufragio
de estas horas melancólicas en que sucumbo
al tedio aborrecible de la orbe
Ábreme en tu pecho
la recamara  de tu esperanza
donde sueñas las nupcias de efímeros amantes
y donde corrompes sin pudor ni denuedo
con el bostezo pues de la costumbre
el significado del amor
Dame tus manos para morir en ellas
cuando el asombro todo me abandona
y resucítame remando en mis cabellos
con tus dedos que esgrimen las caricias
clandestinas de la liberación
Sálvame
Llena mi copa del embrujo de tu boca
seductora y hambrienta
para quedarme atado en la orilla
de tu región del  deseo
Aunque no te toque ni te tenga
Y mire desplomarse los cristales
Titilantes de un del reloj


                                           Antonio Ruiz Ruiz 

Susana San Juan


                                                            Susana san Juan
                                                                                                                                  Pedro paramo
                                                                                                                                  Juan Rulfo.

Me he sentado a esperarte,
el tiempo ha carcomido mis huesos
y mi piel se ha curtido como una tierra seca
impenetrable y árida,
en la ciudad,
al borde del rio de los autos,
soy la ausencia;
pétrea figura del asfalto
resquebrajado y senil,
relamiendo recuerdos como esperanzas
¿Cuánto hace Susana que dejaras el mundo?
La barca de la muerte se ha negado conmigo
y yo he negado la vida desde entonces,
en la noche,
entre estas volutas de humo de cigarro
te veo partir diariamente
a la región de los sueños inmaturos,
y el aliento va contigo anhelante
hasta la estrella aquella
en que te has desvanecodo,
y platico contigo como para mis adentros,
y me toco y me siento casi polvo,
¿Cuánto más te mirare partir?
El alba me devuelve el eco de mi voz
y mi silencio es tan duro,
que endurecido el rostro deja en mi semblante
la  irremediable huella del insomnio
y el patético gesto de la espera

                                           Antonio Ruiz Ruiz

                                               (Amores idos)

miradas


                                                                             Miradas


Pozo de constelados destellos,
luna que disimula reflejar mi rostro,
abrevadero,

piélago donde sirenas pescan astros,
luminosos,
como peces,
                     y tejen
hilos de luz que inundan la distancia,
donde yace mi alma,
entre penumbras.


                                                 Antonio Ruiz Ruiz 

Sombrasa


Debajo de la luna me cobijo de sombras,
espesas sombras,
nubes,                                                  
pensamientos,
fauces abiertas,
bóveda nocturna,
dédalo de espejos que reproducen abismos
ahítos de soledad.

Atónito de su hondura,
leo en  mi mano la oscuridad del  destino,
y otros cuerpos densos se introducen
debajo de estas sombras que me arropan.

Procesión de  muertos,
espectros remembrados en la costa
donde la barca del tiempo
desdibuja su rostro.

¿Sabes?
La noche es un murmullo,
si.
apretado murmurar de voces idas
y cuerpos sin rostro que se acercan.

Para que presientas sus pasos
se sientan junto a ti,
junto a mí,
y b albucen,
reclaman un lugar que no les pertenece,
su largo balbucir tiene el sonido
del ruido intestino de la tierra
y el hábil aletear de los murciélagos,
un sonido gutural de agua profunda
y un sabor de tristeza, y un matiz de nostalgia,
y tiene nada,
Se acercan a nosotros para intimidar el  alma
 ¡Escúchalas soledad!
A hora se alejan,
y  sus pasos
son caracoleas escaleras que descienden,
teclas de un piano del que emana
su música grotesca.
Óyelas alejarse hacia  la luna,
porque anhelan estar cerca de la luz
no alcanzan a entender que llega el día,

¡Pero no las asustes!
Tienen su historia,

y vienen a contarla cada noche,
cuando los sueños  subsisten enredados
entre esos rayos espesos de la luna
sin llegar a la almohada.


                                    Antonio Ruiz Ruiz
En este devenir de horas amargas
Marchitas al compás  de un rock lejano

Entre el hedor de cloacas y templos vacíos

En  el idílico ocio de los parques
Y fachadas marcadas  por la anónima sombra

En la acera que guarda las huellas de la urgencia
Y avenidas ebrias de estruendosas bocinas

Entre esta multitud que todo ignora
                                                                  
                 Te busco

Desconcertado y sombrío

Con el requinto de un blues  en la memoria
Y  la esperanza  indigente alargando su mano

Con la sed de un beso punzando en mi boca
Y la resaca de la vida vomitando en  mis sienes

Te busco en el mundo porque me sueño el mundo

(Irremediable  encontrarte en la  utopía de la noche
 Y  los febriles adioses del crepúsculo)

Las últimas notas se dispersan al viento
Sonoras pompas que el tacto de un niño
En su afán de asir ya las destruye

Bebo el café que la noche me invita

Te miro aparecer entre  luces
De neón de onírica apariencia

Noctambulas criaturas se dispersan en las sombras
Hallan refugio en las cuevas del tiempo
Donde un Baco innovado
Llena copas de licor adulteradas

No es necesario soñarte
Todas las cosas tienen tu recuerdo
    
         Antonio Ruiz
                        (Amores idos)