Para ti mujer
lo demás son palabras
Ventanal
Llegas para mí
a la ventana
la gracia de tu risa descifra el misterio
de los veranos del mundo
y hace crecer en tu epidermis
ignotas flores
níveas
casi lácteas
que seducen mi sed de espejismos
La noche se enreda en tu cabello
sigilosa
para caer en tus hombros
para rozar tu cuello con el brillo de sus astros
Mis ojos ante ti yacen absortos
¡Sirena!
tu belleza traza rutas de extravío…
Ya náufrago mi alma ante tu cuerpo
contra este cristal que me limita
linde del embrujo que emana tu epidermis
Crece la ansiedad entre mis manos
Crece la ansiedad entre mis manos
enredadera de flores amarillas
que en agónico intento
¡Contra el muro cristal tiende sus ramas!
Detrás de la ventana tu mirada
sigue el curso impotente de mis dedos
y en acto seductor tus labios se entre abren
bordes de sangre manzanas que terminan
por derribar mí apenas fortaleza
De los escombros de mí
renazco esclavo tuyo
renazco esclavo tuyo
y en alquímico acto mi cuerpo se transmuta
mis manos se transmutan
y a través de mi voz ya agua ya misterio
exaltado torrente haya la gruta
concupiscente de tu oído
Surge una danza de cuerpos que desnudan
el enigmático juego de la carne
mi mano-voz roza tu cuello
¡Espanta las estrellas de la noche!
Crepita la piel como una hoguera
serpentea tu cuerpo a la caricia
Dentro de ti mi voz marca la ruta
tus manos ascienden las colinas
y en el erecto pezón mis dedos bailan
¡Ay Eros para ti supremacía!
Dictan mis dedos tus falanges escriben
ignotas frases en el valle fecundo
y al horadar el monte Venus tu cara
de incandescencia toda se ilumina
¡Te hundes sirena en el agua de mi voz!
¡Mi voz océano piélago mis labios!
Hurgan rincones de ti desconocidos
que al leve soplo de aliento cobran vida
¡Centenares de hormigas en tu piel!
Mis manos para ti
tus manos mías
hurgan también los valles de mi cuerpo
ya en el grito ahogado de tu entraña
ya en la láctea explosión de los sentidos
Pasado el hechizo me descubro
ante este vidrio de nuevo envejecido
alargando para ti estos mis brazos
mi juicio en soliloquios confundido
¡Ay espejismo de oasis en que yazgo
que en la desierta noche me consumen!
Tu cuerpo de sirena ha cesado
hacen ya tus instintos dormidos
¡Me arrojo a la ventana
con anatemas de odio!
Y en segundos
Y en segundos
te miro desaparecer como un fantasma
PD: Pero este amor que a hora me habita
¿A quién os doy?
Locura ingrata que me pierde cada noche.
Antonio Ruiz Ruiz
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