jueves, 7 de noviembre de 2013

Anhelo


Callabas,

no sé qué pensamiento te abatía

ni que oscuridad tan prematura

marchitaba tu piel en un instante,


ya no pude acompañar a tu silencio,

y rotas mis palabras balbucían

absurdas conjeturas,

tratando de alegrarte me perdí,


Nunca supe, Jamás  pude entenderlo,

y aunque hubiera punzado en mi alma

no  recuerdo o niego el que dijiste,

anhelando en intervalos de locura

tus manos jugueteando en mi epidermis

y tu voz que en tiempos (no sé cuáles)

murmuraba promesas a mi oído,


Hoy no sé si estuviste  o estarás,

pero el cuerpo sugiere tu presencia

en la hora clave de la noche,

donde cómplice inmortal de las caricias

fue el silencio hasta ahora impenetrable,                


te recuerdo,

y se de tu presencia y se que estas aquí,

en el inédito mar de mis palabras

y el infinito espiral del pensamiento,


te recuerdo con tal fuerza

que el espíritu advierte tu llegada

en cualquier momento venidero,

y baila y ríe de  locura

presintiendo el regreso de tus besos

y el instante eterno para amarnos.

  


                             Antonio Ruiz Ruiz