sábado, 28 de mayo de 2016

Humo

Humo en la noche,

la boca del olvido
susurra a mis espaldas,

huele a hierba
santa
la avenida,

un beso se escapa
del dominio de la muerte,

sigo el rastro de un cigarro
bajo el cielo infinito,

dios inhala entre las nubes
el olor del incienso,

yo me consumo
bajo el farol antiguo
de los mismos argumentos,

una carcajada escapa
del polémico túnel de los sueños,

platico del amor
con la indigencia,
pero a ella sólo le importa
el crujir de sus tripas
en la futura alborada,

volutas de humo me recuerdan
que persigo un rastro,

pero el sueño ha enloquecido,
lo se porque escucho
su correr desesperado,

dios corre
las cortinas de vapor
y se recuesta,
repasa la creación,
vive su ensueño,

yo me siento
junto a la miseria
y le hablo del demonio,
pero me estira la mano,
me reclama unos pesos,

he olvidado el dinero
en la antesala
de un teatro vacío,

para escribir unos versos
no hace falta
 cargar la billetera,

dejo caer los versos
en la palma vacía,

la miseria me mira
y me mienta la madre,

el demonio persigue
lejanas carcajadas,

dios se ha quedado dormido,

vuelvo a seguir
un rastro
de humo en la noche,

la boca del olvido
se queda murmurando.

martes, 2 de febrero de 2016

Dice la señora

Dice la señora,
la vecina de al lado,
la que cuenta historias
con acentos y amagos,
que volviste una noche
a buscar a tu amante,
que gritaste en silencio,
que en la acera esperaste
hasta la hora del alba,
que una lluvia menuda
disimulo tus lágrimas
Entre el televisor
Y los autos distantes,
que entre los noticieros
y un programa de radio
supo que falleciste
con el cuello colmado
de todo lo que ocultaste,
dice la vecina
que te tragaste la vida
en un solo bocado,
que te echaron del cielo
para expiar tu pecado
pero ambos sabemos
que de todo esto
nada ha acontecido,
otros ojos te han visto
en barcas de momentos
gritando las consignas
de los insurrectos,
diciendo que eres libre,
rompiendo los argollas,
transformando tu tiempo…
Dice la vecina
que un amante perdido
recoge de una copa
las huellas de unos besos,
y que llora bajito ,
y que muere por dentro,
de todo esto sabemos
que nada es verdadero,
a la gente le gusta
hacer héroes
crear cuentos
para llenarse las horas
de suspiros y sueños.  Corrió


Antonio Ruiz Ruiz

miércoles, 6 de enero de 2016

Puedo decir que...




  Puedo decir que el silencio no existe,
 siempre hay rumores distantes
 pensamientos,
 el silencio es el intento del suicida
 jugando con la muerte,
 solo los locos, los artos de sí mismos  
 llegan a tales decisiones.
 quisiera morir a veces un momento
 solo un momento
 ¿Quién quiere para siempre?
 Para arrancarle de la muerte
 esta joya,
 pero el anhelo de oficiar de detective
 pasa sobre mí  como el ala
de un pájaro veloz y fugitivo.
 Mejor me callo
 para escuchar  las voces de la vida,
 ya habrá tiempo de entender lo incomprensible.
  
Antonio Ruiz Ruiz

viernes, 2 de octubre de 2015

Renacer


  En las alas de un sueño que claudica

va la tarde,

efímero es el sueño,

¿Qué habrá para la noche?

Algún lucero mustio entre las nubes

sucumbirá ante la luz de la ciudad

y esta soledad de las aceras

abrazará una lluvia silenciosa.

Quiero dormir sin recuerdos,

 despoblado del día,

olvidar la pluma,

el silabario

y empezar al alba como un recién nacido

al que la luna desvelada amamanta

y arrulla, si advierte en su mirada

la tristeza. 

                       

                                                   Antonio Ruiz Ruiz




Silencios esporádicos

           


  No es que me guste el silencio,
las palabras, estas notas extrañas 
que emergen de los símbolos,
me las robó un dios cuando nací,
caprichosa deidad esa que juega
a prestármelas por ratos,
a esconderlas
cuando de ellas estoy necesitado,
se me traba la lengua cuando trabo
una conversación,
no es que me guste el silencio,
más prefiero
definitivamente estar callado.


Antonio Ruiz Ruiz

En el vacío de la noche...

  

 En el vacío de la noche
llamo, 
las estrellas se desprenden
del cielo, 
yo no entiendo este lenguaje.
Mis palabras caen,
porque son de agua,
en este vacío donde ladran los perros.
Mi palabra es un río que se interna
en esa selva que está montaña abajo,
selva de acero
donde duermen los demonios de los hombres
con el alfiler de sus dedos
hundido en sus entrañas,
mi voz,
este río seco,
este cauce vacío
guarda el eco de arcaicas leyendas,
es por eso que calzo con sandalias
y hago sonar la caracola.
Licuado en el sonido de la bestia,
más agua que triste firmamento,
relamo con silábicas mareas
esta costra de tierra en que he nacido,
y grito, clamo, aúllo entre las sombras
de esta cima de noche
para oír con dulce desagrado
mi voz rebotar entre las rocas
mientras caen luceros
y una jauría de perros le responde.

Antonio Ruiz Ruiz

Sirena.

Sirena...
no cantes,
cerbero abre sus puertas
cada que lo haces
y el lamento de los vivos
me estremece el alma,
ve rápida
por el camino
y silenciosa,
no sea que espantes
el aliento de vida
que hay en el moribundo
y de paso mates muchas esperanzas.
Antonio Ruiz Ruiz