martes, 3 de junio de 2014

Mujer con piercing y esperando



Te agujereaste la ceja
la nariz, el labio
el lóbulo erótico
el clítoris y aquí,
sentado sin esperar
que el mundo se derrumbe,
ausente del pasado
sin sueños, me pregunto:
¿Te habrás agujereado el alma?

La tarde tiene la prisa de la sed,
y el hambre
aglutinada en la mesa se devora
otros cuerpos de hambre acaecidos,
esto no es canibalismo,
es una res porcionada
rebanada en bistecs
donde el nombre, su nombre
bifurcará el camino de los adjetivos
se hará llamar de cualquier modo
rib eye, Sirloin, Cabrería
polisemia magistral del lenguaje
que en mil formas ahora la pronuncia

Si me alejo de ti no es que te olvide
son solo distracciones pasajeras
como estas horas que nos hunden
en el silencio del alma
este silencio de nostalgia que emana
por los ojos todo cuando llueve
¿Te agujereaste el alma?
Niña no de mí sino de otro
ese otro que esperas
con la impaciencia rondándote la cara
¡Que efímera es la moda!
no así el estigma,
estas cicatrices que ahondan la memoria
para siempre

La tarde es ahora
un vaso de agua derramada
donde resbalan
peces de cuero y suela dura
y uno que otro con tacones salta
delfín cantador de charcas idas
que al ras del asfalto muere solo

¿En qué parte de tu alma el orificio
Será la mortaja del recuerdo?
y de ti me voy y a ti regreso
y en tu cabello de uvas coloreado
pierdo el silábico ritmo de mis versos

Si el alma pudiera agujerearse
¿En qué parte de ella haría el piercing
La incandescencia efímera del sueño?
la moda es pasajera
aunque no aborde el metro,  ni el tranvía
ni el micro bus, ni el taxi
ni la chalupa Xochimilca embriagadora
ni el avión que vuela a tierras ígneas
o secas o apagadas
gélidas o arboladas
como este paisaje pues que constituye
¿El alma?

 ¿Te agujereaste el alma?
Ten cuidado con las huellas
que en su amorfa figura un día se plasman
son indelebles, imborrables orificios
por donde suelen escapar  las lagrimas

La tarde se ha marchado
y la sed y el hambre y los peces
¿Quieres acaso ser la esfinge de la noche?
No esperes más y vete
que el camino también se anda a solas

Antonio Ruiz Ruiz


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