jueves, 27 de noviembre de 2014

Al alba


Al alba

 

Se han caído las hojas

y la noche

se despide llevándose en sus sueños

el despertar de un hombre;

ojo, pie, mano,

cabello de luna entretejido,

barro que entre el barro se confunde

lapidado silencio de las horas.

Embarcación de aurora anegada,

de pájaros, de gritos que anuncian

silentes despedidas

entre el débil oscilar de algunas manos

y el temblor necesario de una lagrima.

¡Qué soledad que dejan los adioses!

Les preceden miradas de agua tibia

cantos de un mar remoto abismo

donde el alma apenas se adivina

en el débil vapor que del emana.

¡Qué soledad que dejan los adioses!

Les sucede un silencio de flores

amarillas,

de pétalos en vuelo, mariposas

hacedoras de nostalgia que recorren

 

desde la medula del hueso hasta la carne.

En este despertar en que se va

nos deja consignas a lo lejos,

un sol que apenas se levanta

un raro azul, un canto de cigarra

desvelada, como la embarcación

en que se aleja.

 

Antonio Ruiz Ruiz


 

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